Lugares de ausencia, secuencias desiertas, ruinas con historia oculta, ciudades desvencijadas que rezuman misterio. Celdas abandonadas por sus presos que olvidaron un punto de apoyo, asi es la obra de Alfonso Batalla. La belleza de una naturaleza en ruinas. Vocación artística de fotografiar interiores desiertos que desprenden una presencia humana previa. Una personalidad creativa que estudió derecho, “cuando aquello era algo más divertido”, y hoy compagina ambas profesiones discordantes en un mismo despacho bilbaíno. Un hombre inquieto y sorprendente. Alfonso Batalla se siente atraído por la naturaleza, la arquitectura y la fotografía. Notario de profesión, fotógrafo y artista curioso de vocación, desea descubrir, penetrar en las habitaciones vacías, arruinadas por el paso del tiempo y las historias ocultas bajo la desolación. Estudio y notaría de grandes ventanales empapelada de imágenes firmadas por el “notaryartist”. ¿Fotoperiodismo detrás de la imagen?, ¿crítica social?… Simplemente ansias de retratar bellos espacios vacíos, apuntilló el fotógrafo. Ucrania, San Sebastián, Zorrozaurre, Sestao, Garellano, León, una isla desierta próxima a Tokyo… Entornos inertes que desprenden una atracción enigmática.El criterio de la muestra es doble, por una parte las habitaciones vacías, frías y neutras, que invitan a que el espectador se adentre y monte su propia historia, y en segundo lugar aparecen una serie de imágenes en las que las texturas son importantes, la visión espacial, arquitectónica, explica Alfonso Batalla. “Hay compañeros que me dicen, espera a que te hable el espacio, pero a mí no me habla. Yo saco la foto y espero a ver el resultado que en ocasiones me sorprende”. Espontaneidad y sencillez, dos rasgos característicos de la vanguardias del Siglo XX, innatos en Alfonso Batalla.Empezó a hacer fotos en la Universidad, “porque era algo que resultaba progre, y lo dejé durante unos años, alrededor de los 90, cuando tenía que cargar con el equipo, llevar el material a procesar a un laboratorio, y esperar a que estropearan todo mi trabajo”. “Después de un viaje en el que me rompieron todas las diapositivas que hice lo abandoné”. Retomó su profesión cuando pudo procesar personalmente sus imágenes, “algo mucho más creativo”. Su cámara, una Canon EOS 1D X, formato completo “y solo tengo una”. “Si se rompe, pido una a alguno de mis amigos”. Empecé días después a conocerles, el colectivo arte versus fotografía, “La paella del Moro Mikel”, a quienes dedica el catálogo de la muestra. Aitor Ortiz, su maestro, al que mencionaba constantemente. Rafa Paz, el compañero de viaje e investigación. Iñigo Ordozgoiti, diseñador gráfico y artista. Y los fotógrafos, Amaya Santamaría, Agustín Sagasti, César Azcarate, Emilio Muñoz, Fernando Pérez, Harry Fisch, Iñaki Escubi, Iñaki Izquierdo e Itoh Caneda. Y un agradecimiento muy especial…, transcribo: “A Petra Pérez de Galería Vanguardia y a todos los que han creído en mí con la esperanza de que algún día llegue a creer en mí mismo”.»Para Rooms of solitude he procesado una serie de fotos de habitaciones que me interesaban, en la ciudad de Chernobil, por ejemplo. «Ucrania no es peligroso, vas con permiso y custodiado, el bosque es lo más dañino porque conserva radiactividad. Lugares a los que suelo acudir en cualquier caso acompañado para evitar problemas. Casi todas las fotos que reflejan elementos arquitectónicos, están compuestas de tres o más imágenes, “empalmo unas con otras”. Un objetivo murió en Ucrania, en la ciudad dormitorio que retrató junto a Aitor Ortiz. Cayó desde lo alto de un edificio que fotografiábamos. La poética imagen, “Dusk from the penthouse”, compuesta por un árbol, que nació espontáneamente en una terraza abandonada, se tomó en aquel instante.“Los espacios vacíos me parecen muy atractivos, es la mejor manera de apreciar la naturaleza de los entornos. Nunca fotografía personas, “no me siento cómodo retratando a gente desconocida, si no pido permiso estoy incómodo, y si lo pido ya no es natural», desvela el fotógrafo.Tengo que reconocer, Alfonso, que tu obra al principio me asustaba, incluso espantaba ver tal desolación carente de vida. Habla la Itxaso más sincera, la que hás empezado a conocer y no tiene secretos en su blog. Sin embargo he adquirido una capacidad, no sé si virtud, de esforzarme por entender aquello que en un principio altera mi ser, y creo que estoy caminando en la dirección apropiada, porque lo que antes extrañaba, ahora atrae sobremanera. Una extraña belleza que roza lo salvaje e impacta sin pudor.
5 Comments
La primera vez que vi algo de este señor fue en el penúltimo Enboga y me resulto curioso.
Como siempre una maestra en describir las sensaciones de la muestra.
Gracias chicas por vuestro apoyo incondicional!!! Un beso enorme
[…] Alfonso Batalla presenta en Vanguardia "Lugares de Ausencia" en bilbaoclick [9f 1v], […]
Un gran fotógrafo, Alfonso Batalla, a quien seguimos con sumo interés.
Como siempre… un gusto leer lo que nos cuentas.