Había pensado hablar una vez más de ese asunto que me tiene comida la moral, el de la hostelería en Bilbao y la normativa municipal, horarios, aforos y sinrazones varias. Pero ya habrá tiempo, que no va a pasar de moda. De hecho es posible que en breve todo ello acapare portadas de prensa y cabeceras de informativos, porque más allá de la batalla con los vecinos protestantes y el absurdo administrativo ya se ha desatado una guerra fratricida entre los propios hosteleros; y ya hay quien vaticina que vamos a vivir en la Villa de Don Diego un nuevo Puerto Hurraco, protagonizado por un gremio agobiado por la imposibilidad de asegurar no ya una buena caja sino la mera supervivencia. Seguiremos informando. Pero hoy no me resisto a comentar el tema del momento: acaba de salir a la luz el cartel elegido para anunciar Bilbao Aste Nagusia 2016.
Aún no han pasado dos días y ya ha empezado el cachondeo en las redes. Como tiene que ser. Lo contrario me habría decepcionado. Personalmente esperaba que ganara ése tan cursi de la baldosa hecha con guirnaldas de florecillas, que parecía tener bastantes adeptos, y que me habría dado cancha para cebarme sin piedad con la ñoñez, el infantilismo y la corrección política que hace ya lustros nos están comiendo en esta Villa otrora canalla, irreverente y divertida. Pero ha sido mejor. O peor, según se mire. Muchos opinan que lo de los carteles de fiestas es una tontería, que qué más da (cada vez soporto menos a la gente que dice ‘qué más da’), con los problemas realmente serios que nos rodean, y que no va a ninguna parte. Pues para empezar la cosa nos cuesta directamente tres mil napos que se embolsa el artistazo de turno, más tropecientos mil que se invierten en imprimir copias en grande, mediano y pequeño, en portadas de folletos y en promoción turística. Todo ello proveniente de las arcas municipales. O sea, de nuestros bolsillos.
Además de dar una imagen de lo que somos, o pretendemos ser. Y resulta que el elegido este año no es un cartel. Que conste que ante la posibilidad de estar completamente equivocada, y antes de arriesgarme a meter la gamba, he consultado la definición. La primera que aparece en internet es «Papel, cartón, plástico, etc., impreso o manuscrito que se pone en un lugar visible para anunciar o indicar algo». La RAE nos dice que es una «Lámina en la que hay inscripciones o figuras y que se exhibe con fines informativos o publicitarios»; y la Wiki nos cuenta que es «Un soporte de publicidad, que se imprime con un mensaje visual (texto, imágenes y todo tipo de recursos gráficos) y que sirve de anuncio para difundir una información o promocionar un producto, un evento… o cualquier tipo de causa.» Así que no me equivocaba. Lo único que coincide entre lo que se ha designado como cartel ganador y todas las definiciones encontradas es que es un ‘sustantivo del género masculino’ (¡a las barricadas, feministas!).
Porque ya me contarán los señores del jurado y los votantes del bodriete dónde está en este presunto cartel la información. Qué anuncia. Qué se publicita. Cuál es el mensaje. Dónde están los recursos gráficos. Qué promociona y a dónde nos lleva. Ayer hice un sencillo experimento. Envié ‘la cosa’ por WhatsApp a mis amigos de Sevilla, y al chat familiar compuesto por primos, cuñados y sobrinos con sede principalmente en Madrid. Con la pregunta «¿Alguien se apunta?». Las respuestas llevan a la reflexión. » ¿A qué?». «¿Qué es?». «Horrendo». «¿Una exposición? ¿Dónde?». «No me gusta». «¿Qué significa?». «Si tengo que plantearme ir a algún sitio me gustaría saber a dónde». «Feo, feo. Y no entiendo nada. ¡Qué nivel de publicidad!». «No invita». «¿Una exposición picassiana?». «Algo que hay el 28 de agosto?». «¿Pop art? ¿Dónde?». «¿Qué es abuztuak?». Y, el mejor: «¿Quién es Aste Nagusia?». Esto era el sector Madrid.
Desde Sevilla me llegó: «Un cruce entre Rossy de Palma y la muñeca chochona, ¿no? Parece el anuncio de un circo o de un cabaret. Elenita, coño, que ya sé lo que es, que pone Aste Nagusia y lo has mandado tú» (mis amigos sevillanos, como tanta otra gente, suelen venir en fiestas todos los años a las Corridas Generales). Y una amiga de Bilbao dice: «lo mejor del cartel es la ‘i’ de información: ya sabemos a dónde tenemos que ir para que nos lo expliquen». Vamos: que nos estamos vendiendo de puta madre. Porque supongo que a todo el mundo se le ha pasado por alto el pequeñísimo y nimio detalle de que en este cartel, o lo que sea, no figura en ningún sitio la palabra BILBAO. Que no era un concurso de jeroglíficos. Y que a mucha gente de allende fronteras las palabras ‘aste nagusia’, así, por libre, no le dicen nada. Que desde la Compañía de Gargantúa llevamos años reivindicando la oficialidad de ‘Bilbao Aste Nagusia’ como término conjunto. Que es lo que podría venderse ‘urbi et orbi’. Y si no gusta, al menos poner en los carteles ‘Semana Grande de Bilbao’. Para los no iniciados. Que aquí ya sabemos que hay fiestas, y cuándo son. Que se trata de atraer a gentes de otros sitios. Turismo, que lo llaman. Para que se dejen aquí los dineros. Que estamos muy necesitados.
Pero ya veo que la cosa sigue estando dura. Que algunos (los optimistas, claro: los pesimistas hace ya tiempo que renunciaron a reivindicar nada y se sentaron en una esquina a dejarse morir, y los acomodaticios decidieron hacer la ola a toda decisión que pudiera convenir a sus intereses) estamos ya bastante hartos de darnos de cabezazos contra la pared, de intentar que el sentido común penetre en la mollera de mandatarios vendidos a las siglas de un partido, a la corrección política y a la estulticia. Y a este aldeanismo que nos impide ver que no somos el ombligo del mundo, que si queremos sobrevivir como ciudad turística y de servicios tenemos que ofrecer un producto atractivo.Que el resto del planeta no es idiota. He dicho. Y qué a gusto me he quedado.
4 Comments
Elena, fíjate bien, porque sí pone Bilbao. Pero es solo para iniciados guggeheimnianos…
Me quedo con el titulo ¿ que vendes? cualquier cosa menos BILBAO. Asi gastan el tiempo y el dinero los responsables de las Instituciones que votamos,
Tirar el dinero. me resultaría interesante saber con qué criterio han elgido esa caricatura como cartel de fiestas de Bilbao o mejor: una copia de otro cartel de Bilbao de hacer años.
Fenomenal, muy bueno lo tuyo
Quico