El próximo 5 de octubre el Museo de Bellas Artes de Bilbao se prepara para cumplir 110 años de existencia y lo va a celebrar poniendo de manifiesto la estrecha vinculación del museo con la historia del arte occidental y, al mismo tiempo, su profundo arraigo con el entorno artístico y social más inmediato. La Exposición 110 Años 100 Obras, muestra desde ya obras de la talla de Lucas Cranach el Viejo, Martin de Vos, El Greco, José de Ribera, Francisco de Zurbarán, Bartolomé Esteban Murillo, Orazio Gentileschi, Francisco de Goya, Joaquín Sorolla, Mary Cassatt, Paul Gauguin, Ignacio Zuloaga, Francis Bacon, Eduardo Chillida, Antoni Tàpies o Miquel Barceló, entre otros muchos. Además, el museo, con más de 4.000 obras, conserva la más amplia representación de artistas vascos, desde los pintores Adolfo Guiard, Darío de Regoyos o Aurelio Arteta hasta los escultores Jorge Oteiza y Eduardo Chillida, pasando por las más recientes realizaciones de la nueva escultura vasca. Con motivo de sus 110 años el Museo presenta una publicación conmemorativa, en cuatro idiomas, que incluye reproducciones y comentarios realizados por especialistas en los temas o artistas representados.
La Exposición 110 Años 110 Obras
La exposición, que se presenta se puede disfrutar yá en la Sala BBK del Museo y continúa en el piso superior, en la sala 32, reúne en orden cronológico 110 obras –pinturas, esculturas y una videocreación– seleccionadas con el objetivo de mostrar los principales núcleos de interés de la colección, sus maestros antiguos, modernos y contemporáneos. Tal y como explica el director del museo Miguel Zugaza en el texto del catálogo editado para la ocasión, “La selección responde a un criterio de calidad, sin duda, pero también a la intención de describir un panorama lo más completo posible según un criterio histórico y geográfico”.
El Itinerario
El itinerario comienza con ejemplos significativos del Románico catalán del siglo XIII: la talla en madera policromada Majestad de Cristo en la Cruz y las dos tablas que representan los episodios de El arca de Noé y el Descendimiento. Le siguen, ya en el siglo XV, los ecos del Gótico internacional en el llamado Maestro de la Piedad y Pere Nicolau. Por su parte, el gótico hispanoflamenco muestra a algunos de sus más originales creadores: Bartolomé Bermejo, el Maestro de San Nicolás y Diego de la Cruz.
A continuación, se presentan el Renacimiento y el manierismo de los siglos XVI y XVII con obras destacadas de los flamencos Jan Mandijn, Ambrosius Benson, Martin de Vos, Hans Vredeman de Vries, Jan Gossart, Antonio Moro y Frans Pourbus el Joven, y de los hispanos Luis de Morales, Alonso Sánchez Coello o Juan Pantoja de la Cruz. La pintura de Lucas Cranach el Viejo completa la visión de la escultura renacentista alemana mientras que la figura excepcional de El Greco se concreta en dos pinturas.
Su Fundación
Desde su fundación en 1908 hasta nuestros días, ha reunido una colección de reconocida calidad con un desarrollo enciclopédico y una cronología principal que se extiende desde el siglo XIII hasta el XX. La colección comprende, a día de hoy, más de 14.000 obras de arte: 1.621 pinturas, 489 esculturas, 884 piezas de artes decorativas, 11.152 obras sobre papel y, junto a ellas, cerca de 3.000 obras en depósito.
Destacan, como decíamos, una selecta nómina de artistas relevantes en la historia del arte occidental. Un recorrido esencial incluiría obras de Lucas Cranach el Viejo, Martin de Vos, El Greco, José de Ribera, Francisco de Zurbarán, Bartolomé Esteban Murillo, Orazio Gentileschi, Francisco de Goya, Joaquín Sorolla, Mary Cassatt, Paul Gauguin, Ignacio Zuloaga, Francis Bacon, Eduardo Chillida, Antoni Tàpies o Miquel Barceló, entre otros muchos. Además, el museo conserva, con más de 4.000 obras, la más amplia representación de artistas vascos, desde los pintores Adolfo Guiard, Darío de Regoyos o Aurelio Arteta hasta los escultores Jorge Oteiza y Eduardo Chillida, pasando por las más recientes realizaciones de la nueva escultura vasca.
En el origen del museo se sitúa la iniciativa de un grupo de ciudadanos que creían firmemente que la prosperidad económica lograda gracias a la pujanza de la industria del hierro y la construcción naval debía ir por fuerza acompañada de un renacimiento cultural que alcanzara a todos los estratos de la población.