Bajo un día gris desafiante, gris Bilbao y mojado por el sirimiri, el Museo Guggenheim volvió a ser escenario de una explosión de color y luz con la obra retrospectiva de Niki de Saint Phalle. La artista nacida en 1930, de ascendencia aristocrática, supo plasmar en su variada obra toda su imaginación, sueños, pesadillas y tortuoso pasado incestuoso. La exposición, proveniente del RMN Grand Palais, nos acerca góticos trípticos elaborados con materiales desechables, la serie de Totems de su última etapa en San Diego, las Novias, los parques temáticos inspirados en el Parc Güell de Gaudí, como el del Tarot en la Toscana, y, cómo no, las famosas Nana, figuras representativas de la mujer en los años 50 y que reivindican la igualdad e incluso la superioridad de ésta frente al hombre. Figuras con formas femeninas despropocionadas y muy, muy coloristas, en las que se encuentran influencias de Miró, Liechtenstein o Warhol. Para su presentación en Bilbao, quisieron estar presentes la nieta de Niki, fallecida en 2003 debido en parte a la inhalación de los productos con los que trabajaba, Bloum Cárdenas junto con Camile Morineau, comisaria de la exposición junto a Álvaro Rodríguez Fominaya, del Museo. Toda presentación genera expectación, y no lo fue menos en este caso, a la que acudieron Ignacio Vidarte, director del Museo, José Luis Bilbao, Diputado General de Vizcaya, Cristina Uriarte, Viceconsejera de Cultura, Josune Ariztondo, Diputada Foral de Cultura, Ibón Areso, Alcalde de Bilbao y que siempre forma un revuelo a su alrededor, Maite González-Uriarte, Directora de Miembros Individuales del Museo, Dani Vega, Cristelle Terrier, coordinadora del proyecto, Marie Lavandier, Philippe Platel, Fiszer Maciej, Mercedes Rodríguez, directora de Bilbao Turismo, Iñaki Solaun, Igone Txakartegi, Idoia Arrate, Itxaso Gutiérrez, Nerea Gojénola, Iratxe Fernández, Pilar Bustinduy, Berta Longás, José Gallego, Beatriz Calvo, Luis Eguíluz, Carmen Carrón, Eva Gorostiza, Emilia Coca y Mª Ángeles Izquierdo, que comentó con todo el mundo la ilusión con la que espera la próxima exposición del vecino Museo de Bellas Artes “Los Años 50: la Moda en Francia. 1947-1957” y que según nos explicó Teresa Icaza va a ser impactante porque se va a distribuir por varias de las salas permanentes del Museo. Habrá que ir a admirarlo. También nos encontramos con las periodistas Begoña Zubieta y Maite Redondo, Dani Padró, Gabriela González Yacob, Regina Zavala, Alejandra Bicarregui, Sandra Sánchez, Guillermo Barandiarán, Álvaro Díaz de Lezana, que visitaba de nuevo la exposición pues ya había asistido al pase privado del lunes, al igual que Edurne Davalillo, Montse González, Lilian di Brindisi o Yolanda Sanz, Raquel de Andrés Longa, Ángel Garraza, Marta Aguilar, Elena Gorostiza, Íñigo Añíbarro, Pili de La Rica, Manuel Mendoza, Cristina Anduiza, Antón Pipaón, Mariapi Alza, Carla Alegría, Iratxe de Madariaga, Juan Álvarez, Alicia Stuber y Jorge de La Rica, quienes prometieron volver a admirar la explosión de color en el Guggenheim.
Regina Zavala, Gabriela Yacob, Alejandra Bicarregui y Sandra Sánchez.
Mercedes Rodríguez, Emilia Coca, Ibón Areso, Mª Ángeles Izquierdo y Gemma Nogales.
Josune Ariztondo, Ibón Areso yEva Gorostiza.
Guillermo Barandiarán, Camille Morineau, Álvaro Rodríguez-Fominaya y Cristina Uriarte.
Iñaki Solaun, Igone Txakartegi, Idoia Arrate, Itxaso Gutiérrez, Nerea Gojénola e Iratxe Fernández.
Dani Vega, Cristelle Terrier, Marie Lavandier, Philippe Platel y Camille Morineau.
Montse González, Lilian di Brindisi, Edurne Davalillo y Yolanda Sanz.
Camille Morineau y Fiszer Maciej.
La Tres Gracias danzando con las lenguas de fuego de la Fire Fountain bajo la lluvia de Bilbao.
Raquel de Andrés Longa, Ángel Garraza y Begoña Zubieta.