Por Elena Marsal
Juan Bas, Director del festival ‘Ja! Bilbao’
Mi primer contacto con Juan Bas tiene detrás una curiosa historia. Hace ya un buen puñado de años de esto. Había terminado, por fin, de parir una familia numerosa, y acudí a una revisión de rutina al ginecólogo, derrengada, perdida la alegría de vivir y con la pegatina de ‘bebé a bordo’ tatuada en la frente. El facultativo me miró, me escuchó y me dijo: «creo que sé lo que necesitas». Aún conservo por algún cajón aquella receta del IMQ, con su número de colegiado y todo, en la que pone ‘Alacranes en su tinta, de Juan Bas’. En la farmacia no lo tenían, y nunca entenderé por qué; pero no tardé en hacerme con el remedio. Un tiempo después, en una inauguración o sarao de ésos a los que en Bilbao somos tan aficionados, alguien me lo señaló: «aquél es Juan Bas». Me acerqué inmediatamente a presentarle mis respetos, y a dedicarle mi más profunda reverencia, la que reservo para los autores que me han hecho llorar, literalmente, de risa. Desde entonces siempre nos hemos enrollado muy bien: ya le he entrevistado alguna que otra vez, y también alguna que otra vez hemos compartido potes por el Casco Viejo, sus dominios. Conocido el tipo no creo que a nadie le extrañe que si sus inquietudes le obligaban a montar algo grande en la Villa de Don Diego tenía que ser algo relacionado con el humor. Aunque el suyo sea un poco especial. Estamos ya en puertas de la sexta edición del único festival, que sepamos, dedicado al humor en todas sus manifestaciones artísticas: ‘Ja! Bilbao’.
¿Cómo nació exactamente la idea de este festival?
Partió de mi afinidad con el humor, que al fin y al cabo es a lo que me dedico, a escribir con ese punto humorístico. Y porque en toda Europa no existía un festival específico de literatura con humor.
Así que en Bilbao somos pioneros. Y desde su primera edición esto ha ido a más, y parece ya consolidado, y bien respaldado.
Lo que empezó en 2010 con cuatro días sólo de literatura de humor y humor gráfico hoy es ya Literatura y Arte con humor y humor gráfico, y son prácticamente diez días. El nombre ha cambiado, de ‘La risa de Bilbao’ a simplemente ‘Ja! Bilbao’; porque además de la risa también existe un humor melancólico. Y es muy importante el apoyo institucional, y la dimensión pública. Hay que tener en cuenta que nacimos con la crisis; aparte de un par de patrocinios privados nos respaldan el Ayuntamiento, la Diputación, el Gobierno Vasco y el Ministerio de Cultura.
No está mal. Contaréis con un buen presupuesto.
Tenemos un presupuesto limitado, y hay que administrarlo bien. Son unos trescientos mil euros, y se gasta cada uno. Pero bien gastados. Nunca hacemos cosas superfluas; pero la manera de conseguir que vengan autores de categoría es tratarlos bien. Y nosotros los tratamos muy bien. Se alojan en el Hotel Domine; y este año les llevamos a comer o cenar al Getaria, Etxanobe, Epaia, Bascook, Yandiola, Bistró, Lurrina, 5ª Planta del Campos, Porrue, Aizian y Doma.
¡Ahí, ahí: vendiendo nuestra buena gastronomía! Así no es de extrañar que consigas que vengan todas las figuras.
La verdad es que en todos estos años hemos traído a gente de mucho nivel. La lista de premiados es importante: Ismail Kadaré, Tom Sharpe, Ibáñez, Robert Crumb, Julian Barnes… y grandes autores invitados. Este año el premio es para Fernando Trueba, y va a entrevistarle el Gran Wyoming. Y todo el resto de la lista de invitados creo que es también muy interesante.
Te llevará mucho tiempo organizarlo todo. ¿Te deja margen para dedicarte a escribir?
La organización nos lleva todo el año, aunque se saca tiempo como sea. Tengo una novela por ahí escrita a medias; pero tengo otra terminada que presento en noviembre, ‘Pájaros quemados’: es una novela negra bastante coral, que se desarrolla por carreteras que se cruzan bajo el sol. Humor negro.
¿Ése es el humor que más te gusta?
Me gusta el humor ingenioso. Hace unos años, en el Festival, me morí de risa con Pedro Reyes (y el pobre se ha muerto este año); recuerdo que se me movió una lentilla y todo. Su humor era magnífico, totalmente surrealista. El mío es ácido, melancólico y negro. Seco, como una bebida seca, como un ‘dry martini’. Seco como una buena blasfemia.
Juan Bas. Fotos: Goizane Avilés
¡Toma! Cuéntame un chiste negro que te divierta.
Hay uno que me encanta: «Está Hitler mirando con anhelo desde Francia el Canal de la Mancha, pensando: esto me dificulta invadir Inglaterra. En éstas aparece Moisés, y le dice: si no te hubieras cebado tanto con mis judíos te contaría el truco del Mar Rojo».
Muy negro, ciertamente. Está claro que en humor vale todo.
Yo creo que se puede hacer humor con lo más terrible. Los tabúes existen, claro. Y hay un tabú por miedo. Pero el único tabú real para el humor es aquel que hace que el humor sea imposible. El humor tiene que funcionar. Ahí estaba Chumy Chúmez y su humor con los muertos. Este año traemos a Rudolf Herzog (hijo de Werner Herzog), que realizó el documental ‘Heil Hiltler: el cerdo está muerto’, sobre el humor en el Tercer Reich; a Khalid Albahi, un humorista gráfico sudanés que hablará sobre el humor en el Islam, con una exposición en la sala BBK titulada ‘Sad Jokes’; Fernando Marías y Malena Busquets hablarán de ‘El humor frente al duelo’; Javier Gomá y David Trueba de ‘Los tabúes del humor’…
Pero el festival ya no es monográfico. ¿Qué más cosas destacarías en esta edición?
No, ya no creo que volvamos a hacerlo con un único tema. Así cabe todo. Estará muy bien la entrega de premios del III Concurso de Humor Gráfico para Colegios, el primer sábado en el Mercado de la Ribera: ¡se han presentado casi 800 trabajos! Es muy bonito: alumnos y profesores… y los premios los dan Asier & Javier, amigos incondicionales del Festival; y también se dará el premio del Concurso de Microcuentos. Imprescindible la exposición de ‘Quino por Mafalda’ en el Edificio Ensanche. Y un acto curioso a destacar es ‘El humor en la música’, de Benet Casablancas, en La Alhóndiga: le entrevista Enrique Portocarrero, y colabora la Orquesta Sinfónica, interpretando las piezas que va citando. Éste será muy original. También presentamos este año una obra de teatro en euskera, ‘Desentxufatuak’, protagonizada por dos eternos estudiantes de Euskaltegi. Todo el programa está muy bien, y creo que es muy atractivo.
¿A qué invitado ya imposible te habría gustado traer si hubieras podido?
A Moebius, a Rafael Chirbes, a Gérard Lauzier… ¡Ufff! La lista sería eterna. Y ya si nos metemos en la máquina del tiempo ni te cuento: me habría encantado un diálogo entre Quevedo y Góngora (llamándose de todo); o Cervantes presentando la segunda parte del Quijote. ¿Te imaginas? «Y al acabar el acto don Miguel firmará libros, que tenemos un buen montón de tochos en la librería».
Lo mejor es que se te ve entusiasmado, a pesar de que estarás un poco agobiado con los inevitables flecos de última hora.
La verdad es que estoy muy ilusionado con el programa. Se presenta todo muy bien, y los temas son interesantes. Estoy muy contento de que el Festival haya ido cuajando y cogiendo prestigio… dicho sea sin ninguna pretensión. Pero ahora me voy corriendo, que he quedado en diez minutos con Fernando Marías. Si quieres algo más… ¡mándame un e-mail!
Una última pregunta: ¿con el humor se nace?
Yo creo que sí. Se puede aprender a reír; pero el humor está en los genes. Es una manera de expresión de la inteligencia, una manera de ver el mundo y de ver tu propia vida. La primera regla del humor es la capacidad de reírse de uno mismo.
Pues a partir del próximo jueves vamos a tener la oportunidad de reírnos de todo durante unos cuantos días.