En la fiesta social de presentación de la última y divertida expo que os comenté en el último post, la gran muestra de Ernesto Neto en el Guggenheim, me encontré con José Luis Merino Gorospe, el Jefe de restauración del Museo de Bellas Artes, que me invitó a la rueda de prensa de la exposición entrante. Markus Lüpertz era el protagonista, el gran artista germano que ha dejado ya su impronta en el nuevo Bilbao. La Judith de bronce que preside un lugar de Abandoibarra salió de su puño en 1995 y permanecerá para siempre entre todos nosotros.
La rueda de prensa Allí estábamos sentados los periodistas, a la espera de los comentarios de Kosme de Barañano, el gran crítico y comisario de la exposición, «contento de volver al BBAA después de una larga temporada» y encantado de organizar una retrospectiva que aglutina cincuenta años de historia de «uno de los más destacados artistas contemporáneos». Javier Viar calificó la exposición como un «hito cultural», que sirve para explicar presencias escultóricas como la de Judith, que forma parte de la muestra, aunque se encuentre fuera de contexto, separada del conjunto de obras del Museo. Gorka Martínez, responsable de BBK Fundazioa, explicó que esta muestra se encuadra en el marco de colaboraciones entre la BBK y el BBAA, colaboración fundamental para organizar exposiciones de semejante envergadura. Lüpertz es una de las figuras clave del S.XX y tener a su vez a Kosme de Barañano trabajando en la ciudad, es un auténtico privilegio. Es fundamental no sólo disfrutar, sino formarse y comprender el arte en mayor medida, explicaba Martínez. Por su parte, Kosme de Barañano relataba cómo no trabajaba en Bilbao desde hacía treinta y cinco años y que la muestra de Lüpertz, organizada cronológicamente, aunque salpicada por saltos de época, muestra una obra enormemente personal y coherente. Barañano explicó que colgar los cuadros había sido una experiencia muy agradable y que estaba encantado del resultado final.
Markus Lüpertz exposicion Museo de Bellas Artes de Bilbao
Llegó el turno del artista, destacada figura del neoexpresionismo, que con un aspecto de dandy del futuro tomó la palabra. Escuetamente dijo «es muy difícil hablar de mi obra en primera persona, pero tengo que decir que la exposición es francamente bonita. » Es increíble cómo Kosme ha sido capaz de dar una visión tan hermosa y sencilla de mi recorrido artístico y desde aquí le animó a seguir trabajando porque soy consciente de que el camino elegido para organizar mi obra ha sido el correcto». Por otro lado, y como colofón, Markus Lüpertz reivindicó la importancia de la pintura, «en este tiempo tan lleno de otros estímulos». Motivo por el cual considera importante asistir a sus inauguraciones, por la necesidad de reivindicar la importancia de la pintura para dar sentido a la vida.
Markus Lüpertz Exposición en el Museo de Bellas Artes
Markus Lüpertz en el Museo de Bellas Artes de Bilbao
Terminada la rueda de prensa, los periodistas asistimos junto al artista a la visita de la exposición. Una muestra muy amplia que entremezcla pintura, con claros referentes clásicos, con su etapa más polémica, aquella en la que la utilización de símbolos fascistas, son un claro alarde antibelicista, junto a esculturas coloreadas, representativas de un estilo inigualable. Las alusiones a Picasso, Aristide Maillol, la Grecia clásica, Poussin, serpentean por la sala BBK del Museo y resumen en una sentencia la filosofía de la muestra, que extraigo del catálogo de Barañano, «La tendencia a lo grotesco, del grito o la risa, no es una tendencia a la caricatura, sino a la desnudez». En esta tendencia a la desnudez del alma, que me une inevitablemente a ciertas personas, paseando por la tarde con mi niña pintora, Yaiza, nos encontramos en la plaza Moyua al artista. Le saludé, como de costumbre, y felicité por toda una vida de intenso trabajo, ahora recopilado en nuestro Museo de Bellas Artes bilbaíno. Va por ti, maestro dandy.