Superado ya el ecuador de Bilbao Aste Nagusia, y habiendo sobrevivido hasta el momento, que no es poco, dado el ritmo vertiginoso de actividades y el irrebatible hecho de que una ya no está para ciertos trotes, y de que el calor no está dando tregua, tengo que decir que me lo estoy pasando como una enana.
Está claro que no hay manera de llegar a todo, aunque se hace lo que se puede; y además de toda la oferta habitual que incluye desde txosnas en el recinto festivo y fuera de él y la desbordada hostelería con terrazas, poteo y gastronomía, hasta eventos y mix social en los hoteles, conciertos, teatro, toros… y a pesar del viejo dicho de que no hay nada nuevo bajo el sol, en estas fiestas he descubierto dos interesantes novedades.
Por una parte la Sociedad Bilbaina se ha integrado en las celebraciones ‘astenagusieras’ y ha montado por primera vez un espacio festivo en el mismísimo portalón del edificio, a pie de la que probablemente sea la calle más transitada durante esta Semana Grande, la calle Navarra, que este año brilla magnífica por las noches bajo la imagen luminiscente del txistulari Mikel Bilbao.
‘La Caseta de Fiestas’, que ocupa toda la entrada al parking, está decorada con globos, carteles y plantas, mesas y sillas y una pequeña barra; y brinda a todos los socios y a sus amigos un servicio hostelero de primera, que incluye la bilbainísima cerveza La Salve y los no menos bilbainísimos (por muy alemanes que sean) productos de Hermann Thate.
Excelente ambientación musical con jazz en vivo o disc-jockeys, y una atmósfera muy fiestera. Interesante oferta alternativa en el centro neurálgico de Bilbao Aste Nagusia.
Y también me ha sorprendido, y regocijado, la terraza exterior que el Hotel Carlton ha instalado en la calle Elcano, junto a la entrada lateral, que se suma a la ya grandiosa oferta de este emblemático hotel, con ‘El Burladero’, la coqueta terracita del primer piso, el restaurante, las tertulias y los bailes de salón, la exposición de arte… y el inefable Mago Valen que pulula por todo el recinto dejando al personal boquiabierto. Esta terraza ofrece un completo, y en mi opinión delicioso, menú por 45 pavos, o platos sueltos de distintos precios. Agradable sombra, pequeño oasis de tranquilidad en medio del bullicio y excelente servicio. Para comer o cenar. Una novedad y lujazo que esperemos continúe en las fiestas de años venideros.
Y en éstas estamos, mirando ya un poco más de cerca la recta final de unas fiestas, Bilbao Aste Nagusia, grandes como pocas. Y en las que, con todo lo que hay, está claro que el que no se divierte es porque no quiere.